lunes, 3 de noviembre de 2014

El viajero del mes: ¿Monet en Madrid?

Monet y Los años de Giverny. Correspondencia

Cuando uno lee las fuentes primarias en ocasiones se lleva más de una sorpresa. En este caso ha sido leyendo el epistolario de Claude Monet (París, 1840-1926, Giverny), compilado en castellano en la edición de Turner Los años de Giverny: Correspondencia (1), el modo en que hemos conocido el desconocido dato de que Monet proyectó un viaje a Madrid en el otoño de 1904.

Portrait of Paul Durand-Ruel, Pierre-Auguste Renoir (1910), 65 x 55cm. Private collection, New York

En una carta del 4 de octubre al marchante Paul Durand-Ruel le dice: 
"Aquí estoy descansando desde hace algunos [días], y me proponía pedirle que viniera a comer estos días, pero acabo de decidir poner en ejecución un proyecto que tenía desde hace tiempo: ir a Madrid a ver los Velázquez. Salimos el viernes por la mañana en coche para tres semanas aproximadamente y, en cuanto vuelva, si es que usted puede, le pediré que se acerque hasta aquí. Si usted pudiese facilitarme la visita de algunas obras de arte en Madrid, le agradecería que me escribiese unas palabras inmediatamente, dado que podemos salir el jueves después de comer." (2)

Monumento de Velázquez y Museo, Anónimo (c.1906)

Tan solo tres días después, un Monet resuelto a hacer este viaje escribe a Durand-Ruel para pedirle apoyo logístico: 

"Me alegra mucho poder reunirme con usted en Madrid, adonde llegará usted sin duda antes que nosotros ya que no saldremos hasta mañana y haremos el viaje en varias etapas, además de que en coche siempre surgen imprevistos.

Voy a pedirle a propósito el siguiente favor, que envie [a alguien], en cuanto reciba estas líneas, a la sede del Touring Club, 65, avenida de la Grande-Armée, a comprar para mí el mapa de Francia a 500.000e por el coronel Prudent, que abarca hasta Madrid; cuesta 1,50 francos y que me lo envíe mañana sin falta a Burdeos, Gran Hotel de Francia y de Nantes juntos. Estaremos allí el domingo por la noche para volver a salir el lunes.

Si en el Touring Club no estuviese disponible este mapa, que se informen sobre el editor, lo compren y me lo envíen mañana, pues nos es indispensable para nuestro viaje, ya que los mapas de carreteras españolas no se pueden encontrar en Francia" (3)

Retrato de Aureliano de Beruete, Ramón Casas (1905), 48 x 62,3cm. Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona

Aunque no tenemos mayor constancia de este viaje en los epistolarios de Monet, sabemos que este periplo finalmente se produjo gracias a las impresiones que Aureliano de Beruete transmite desde Génova a su amigo Sorolla en una carta:

"Aquí estuvo Claude Monet. Es un viejo joven fuerte como un roble, algo parecido a Rico en lo recio y a Meissonier en la barba. Con ojos muy vivos y jóvenes. Habla poco y contundente. Salió admirado del Greco, Velázquez y sobre todo Goya; de lo demás no se asombra". (4)

Martín Rico (1908) y Meissonier (1899)

Monet no sería el único que visitase Madrid para ver a Velázquez en directo en el Real Museo de Pintura, que era el nombre que por entonces tenía el Museo Nacional del Prado. Varios años antes a él, como señala muy bien José Álvarez Lopera (5), visitaron la pinacoteca Edgar Degas (1889), Pierre-Auguste Renoir (1891), Henri de Toulouse-Lautrec (1894 y 1895), John Singer Sargent (1895, y anteriormente en 1879) y, con posterioridad a 1904, también se pasaría por allí Rodin acompañado de Ignacio Zuloaga (1905).

Esto pone de relieve que el interés por la pintura de Velázquez estaba generalizado desde la década de 1870 entre los pintores extranjeros (incluso Degas llegó a hacerle un pequeño homenaje cuando estaba formándose en Italia en 1858). Sin embrgo, esto no explica el interés concreto de Monet, cuyas palabras nos pueden dar pie a interpretar que tenía una deuda que saldar consigo mismo yendo a ver de una vez por todas a Velázquez.

Pablo de Valladolid de Velázquez (c.1632-37) y Le Fifre de Manet (1866)

¿Tuvieron algo que ver las opiniones que Manet trajo a París sobre lo que había visto de Velázquez en Madrid para que Monet se propusiera verlos con sus propios ojos?

Independientemente de que así fuera, llama la atención el hecho de que, tras su visita a Madrid con su esposa (6) en 1904, Monet no volviera a hablar (al menos en su correspondencia) ni de Velázquez, ni de la experiencia en Madrid, ni de cuánto le llamó la atención la pintura de El Greco y de Goya según contaba Beruete en su carta a Sorolla.

The Houses of Parliament, Claude Monet (c.1903-1904), 81,3 x 92,4. Metropolitan Museum, New York

Podríamos concluir que para el Monet de 1904, que venía de pintar durante los últimos cuatro años sus célebres vistas de Londres, que pronto enlazaría con Venecia y que tornaría sus pasos hacía las ninfeas de su jardín de Giverny, el ver los Velázquez casi treinta años después de la visita de Manet le resultó tan sugestivo a sus ojos como poco determinante para su próxima producción. 


Notas y bibliografía:

(1) MONET, C.: Los años de Giverny. Correspondencia, Turner, Madrid, 2010.

(2) W IV, 1.740 / A P. DURAND-RUEL. Giverny, 4 de octubre de 1904. En MONET, C.: Los años de Giverny. Correspondencia, Turner, Madrid, 2010, p. 284. 

(3) W IV, 1.742 / A P. DURAND-RUEL. Giverny, viernes 7 de octubre de 1904. En MONET, C.: Los años de Giverny. Correspondencia, Turner, Madrid, 2010, pp. 284-285.


(6) GEFFROY, G.: Monet en Giverny. Colección Museo Marmottan de París [catálogo de exposición], Fundación Juan March, Madrid, 1991, p. 80.

lunes, 27 de octubre de 2014

Nuevas noticias sobre las Reales Caballerizas Regaladas

Entrada del blog de Los Laberintos del Arte del 7 de marzo de 2014

Hace unos meses dedicamos nuestra "imagen del mes" a hablar de la Real Caballería Regalada. Hoy queremos volver sobre ello porque en estos días hemos tenido acceso a más información sobre la cuestión, gracias a la ayuda de Francisco José Marín Perellón, gran conocedor del urbanismo antiguo de Madrid.

Como bien nos informaba Marín Perellón en su correo, antes de las construidas por Francesco Sabatini, en Madrid hubo al menos otras tres caballerizas reales, las Caballerizas Reales bajo la Armería Real, las Caballerizas Reales de la Regalada (las originales) y las Caballerizas de la Reina.

Las Caballerizas Reales bajo la Armería Real se erigieron en tiempos de Felipe II, concretamente entre 1553 y 1558, que es el tiempo que transcurrió desde que el aún principe Felipe firmó la cédula que ordanaba su construcción hasta que los hermanos Gaspar y Luis de Vega realizaron la construcción, dividida en tres naves sustentadas por columnas y que tenía una crujía de 280 pies de largo y 36 de ancho. Posteriormente, en 1563, se construiría encima la Armería Real con planos de Juan Bautista de Toledo (1).

Su funcionamiento como Reales Caballerizas se data hasta 1789, aunque el edificio no se derribó hasta 1895, un año después del incendio que asoló la Real Armería.

Por otra parte, las Caballerizas de la Regalada, fueron proyectadas por Juan Gómez de Mora (posiblemente hacia 1625) y construidas por Juan Bautista Crescenzi, Marqués de la Torre entre 1635 y el verano de 1637. Su diseño es semejante al proyecto de los hermanos de Vega y estando también muy próximas a dichas Caballerizas Reales (2). Posteriormente estas caballerizas fueron ampliadas durante el reinado de Carlos II con la intervención del Maestro Mayor de Obras de Palacio, José del Olmo, quien hizo construir entre noviembre de 1675 y septiembre de 1677 un enorme arco que diera acceso a las mismas.

En este caso las Caballerizas de la Regalada se mantuvieron hasta una fecha aproximada entre 1809-1813, en que se demolieron definitivamente.

Finalmente tenemos las Caballerizas de la Reina, que fueron construidas en el reinado de Felipe III (1598-1621) en el solar donde posteriormente se construiría la Real Casa de la Aduana con diseños de Francesco Sabatini (1861-1869). En este sentido resolvemos la duda que teníamos acerca de si allí pudieron estar estas caballerizas reales, dado que como nos indica Marín Perellón, "no necesariamente había de radicarse en el propio Alcázar".

También nos ha comentado Marín Perellón que no hay que perder de vista que la creación de las nuevas Caballerizas de la Regalada en tiempos de Carlos III, venía a centralizar esta parte de los oficios palatinos de la Casa del Rey y la Casa de la Reina, que era una costumbre que procedía del protocolo borgoñón y que hasta entonces se había llevado a cabo.

No queremos terminar esta entrada aclaratoria sin dejar de recomendar el libro que Marín Perellón nos recomendó en su momento y que tuvimos oportunidad de leer con atención:

  • ORTEGA VIDAL, J. y MARTÍN PERELLÓN, F.J.: La forma de la Villa de Madrid: soporte gráfico para la información histórica de la ciudad, Dirección General de Patrimonio Histórico, Consejería de Cultura y Deportes, Comunidad de Madrid, Fundación Caja Madrid, Madrid, 2004.
Notas:

(1) ORTEGA VIDAL, J. y MARTÍN PERELLÓN, F.J.: La forma de la Villa de Madrid: soporte gráfico para la información histórica de la ciudad, Dirección General de Patrimonio Histórico, Consejería de Cultura y Deportes, Comunidad de Madrid, Fundación Caja Madrid, Madrid, 2004, p. 68.

(2) Íbid., p. 66.

lunes, 20 de octubre de 2014

Sorteo "El último viaje de la Fragata Mercedes"



Gracias a la colaboración del Museo Naval de Madrid, sorteamos un catálogo de la exposición "El último viaje de la Fragata Mercedes" que puede verse hasta finales del mes de noviembre en el Museo Naval de Madrid y el Museo Arqueológico Nacional.

Podrán participar todas las personas residentes en España que contesten correctamente a la primera pregunta de nuestro cuestionario y, además, nos comenten brevemente qué les ha parecido esta exposición. Si aún no la habéis visitado, es una buena excusa para acercaros a ella estos días.

Recordad que la pregunta del formulario hace referencia a la exposición de la Fragata Mercedes que hay en el Museo Naval de Madrid, no a la que se expone en el Museo Arqueológico Nacional.

Los gastos de envío corren a cargo de la Fundación Museo Naval.  Sólo se permitirá una participación por persona y dirección de correo electrónico.  El sorteo se cerrará el próximo miércoles 29 de octubre a las 23:59 y haremos público el ganador el viernes 31 de octubre. 




martes, 14 de octubre de 2014

La imagen del mes: "Clamor de guerra", de Tomás Ferrándiz (1937)

Tomás Ferrándiz, Clamor de guerra (1937). Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Gran parte del público suele asociar las palabras “galería de arte” a un lugar destinado casi en exclusiva a la compra y venta de obras de artistas vivos, centrado en la parte puramente económica de la creación artística y por tanto lejos de algunas funciones generalmente asociadas a los museos como el estudio y la difusión de sus fondos. 

Sin embargo, hay vida más allá del tópico; las galerías que contribuyen a crear historia del arte y no sólo a venderla existen y, con frecuencia, realizan aportaciones fruto de un descubrimiento maravillosamente casual que da pie a una investigación posterior, a una exposición, a un catálogo… a sacar a la luz y del olvido a artistas que, por los avatares de la vida, la historia o la política, fueron callados o decidieron permanecer en silencio. Éste es el caso del escultor y pintor Tomás Ferrándiz, cuya obra fue recientemente recuperada por el galerista y doctor en Historia del Arte José de la Mano (Alicante, 1969) y mostrada al público en la exposición de 2012 “Clamor de guerra. Esculturas y dibujos de Tomás Ferrándiz (1936-1939)” que ha visitado ya varias ciudades españolas.

Tomás Ferrándiz

 La carrera artística de Tomás Ferrándiz Llopis (Alcoy, 1914- Madrid, 2010) abarcó tanto la pintura como la escultura. Entre 1928 y 1934 sería aprendiz en talleres de decoración y escultura, realizando después estudios en la Escuela Superior de Trabajo. Por esas mismas fechas (1932-1934) formaría parte de la Agrupación Cultural de Alcoy y en 1934 tendría lugar su primera exposición individual en Alicante, que incluía esculturas, cuadros y dibujos. En ese mismo año marchó a Madrid con una beca de la Diputación Provincial para cursas estudios de Artes y Oficios y después en la Academia de San Fernando.

Portada de la Biografía íntima de Gabriel Miró. El hombre y su obra (1935)

Antes de la Guerra Civil realizó las ilustraciones de una biografía del escritor Gabriel Miró, titulada Biografía íntima de Gabriel Miró. Su vida y su obra (1935), y ya comenzada la contienda colaboró con el diario Humanidad enviando diferentes dibujos (1937), ilustró el desconocido libro de Miguel Hernández Versos en la guerra (1938), publicado en Alicante y diseñó carteles. Asimismo, Ferrándiz se acercó a la poesía, cultivando versos con influencia de Juan Ramón Jiménez y la Generación del 27 (1936-1939).

Algunos dibujos de Ferrándiz con escenas de guerra.

Sin embargo, será 1937 el año de Tomás Ferrándiz. En esas fechas se encontraba trabajando en un retablo que llevaría por título “El pueblo español defendiendo la democracia”. Ferrándiz tuvo noticia de la convocatoria de obras publicada por la Comisión Organizadora de la Sección de Artes Plásticas de Valencia, a través de la cual se animaba a cualquier artista a presentar alguna obra que, si seguía las normas de presentación, podría ser elegida para ser expuesta en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París que iba a celebrarse ese mismo año.

Interior del Pabellón de la República Española con el Guernica de Picasso. Fotografía de Dora Maar.

Tomás Ferrándiz decidió enviar dos obras, que serían seleccionadas: el retrato del escritor Rafael Mengual Soriano y el panel central de su retablo, nuestro Clamor de guerra, un dibujo realizado con pasta negra y siena aplicada con pincel y adherido a un lienzo. Sus dimensiones son 129,5cm x 110 cm y en el bastidor aparece escrito el título de la obra, que por su estilo revela claramente la formación escultórica de su autor: las figuras de los soldados y los campesinos, armados con bayonetas y otras armas, ocupan todo el espacio, llegando a superponerse entre sí, en una suerte de friso monocromo. El estilo de las figuras es geometrizante, un rasgo muy habitual del autor, con volúmenes muy marcados. La presencia de varias figuras de perfil remarca aún más ese carácter escultórico, de relieve.

El retrato de Rafael Mengual Soriano expuesto en la Galería José de la Mano en 2012

A partir del motivo de Clamor de guerra realizó Ferrándiz varios relieves en escayola, de dimensiones más reducidas. Además, se conservan varios dibujos preparatorios de la obra que nos permiten conocer el proceso artístico hasta la imagen definitiva.

Relieve en escayola de Clamor de guerra. Fuente: José de la Mano Galería
Después de la Guerra Civil Ferrándiz cae en el olvido al desvincularse intencionadamente del mundo artístico, si bien en 1939 retomará sus estudios en la Academia de San Fernando y en 1953 marchará a Inglaterra con una beca de la misma Academia para ampliar estudios de arquitectura en Inglaterra. Fruto de esa estancia son tres artículos titulados El arte en Inglaterra y publicados en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Podéis leerlos pinchando aquí, aquí y aquí.

Será en 2012, dos años después del fallecimiento de Ferrándiz, cuando José de la Mano acceda a su taller, descubriendo allí gran parte de sus obras, algunas todavía inéditas. Entre esas obras se encontraba Clamor de guerra, que en ese mismo año fue adquirida por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en cuyas salas dedicadas a la Guerra Civil y la Exposición Internacional de París puede contemplarse actualmente.

 Pero, ¿cómo ocurrió que la obra que había sido expuesta junto al Guernica de Picasso en 1937 acabase olvidada en el taller del artista hasta 2012? En realidad, tras la exposición de París la obra no fue devuelta a Ferrándiz, sino que se guardó, junto a otras de las participantes, en los sótanos del Museo de Arte Moderno de Barcelona. Sólo el retrato del Rafael Mengual Soriano regresó a las manos del artista.

Imagen de la exposición de 1987 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía con la maqueta del Pabellón Español en primer plano. Fuente: http://www.museoreinasofia.es/

Sin embargo, en 1987 Josefina Alix incluyó Clamor de guerra en la exposición Pabellón Español. Exposición Internacional de París 1937 (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), que conmemoraba los cincuenta años del pabellón español en París y para ello utilizó los fondos almacenados en el Museo de Barcelona. Allí se reencontró Ferrándiz en persona con su obra y decidió reclamarla para sí, conservándola en su taller de Madrid hasta que fue redescubierta. El propio José de la Mano explica, en el prólogo del catálogo de Clamor de guerra, que al ver la obra en el taller “tuvo el firme convencimiento de que debía tratarse de una reproducción”, tan increíble resultaba imaginar que una obra que fue escogida para ir a París en plena Guerra Civil junto a otras de Picasso o Miró no estuviese depositada en algún museo.

Una de las salas de la exposición organizada por José de la Mano en 2012 recuperando la obra de Tomás Ferrándiz.
 Para conocer más la labor de la galería José de la Mano os invitamos a seguir en Twitter y Facebook el hashtag #LaGaleríaGeométrica y visitar estos links:

 - Entrevista colectiva a José de la Mano realizada a través de Twitter: https://storify.com/Laberintosarte/entuitvista

 - Entrevista a Manuel Calvo con motivo de su exposición “El silencio. La pintura en blanco y negro de Manuel Calvo (1958-1964)” en la galería José de la Mano: http://unserenotransitandolaciudad.com/2014/10/07/artistas-en-madrid-entrevista-con-manuel-calvo/ 

- Breve reseña sobre el papel de la galería José de la Mano en la recuperación de la pintura geométrica de los años 50 y 60: http://investigart.wordpress.com/2014/10/06/poniendole-rostro-a-la-geometria-espanola/

Agradecemos a José de la Mano Galería las fotografías y los catálogos de exposición que tanto nos ha servido en la realización de este post. 

domingo, 28 de septiembre de 2014

Sorolla y Estados Unidos en la Fundación Mapfre Cultura

Microsite 'Sorolla y Estados Unidos'

En la nueva exposición de la Fundación Mapfre Cultura, Blanca Pons-Sorolla (máxima experta en Sorolla) y Mark A. Roglan (director del Meadows Museum de Dallas) nos introducen en la experiencia americana de Sorolla.

En ella podemos ver los primeros pasos del artista valenciano a finales del siglo XIX, su relación con sus dos grandes mecenas, Archer Milton Huntington y Thomas Fortune Ryan, los retratos de las gentes de la alta sociedad norteamericana y los que llevó consigo a América de personalidades españolas (entre ellos, varios de su mujer y su hija).

Another Marguerite!!, Joaquín Sorolla y Bastida (1892), 130 x 200cm. Mildred Line Kemper Art Museum, Washington University, St. Louis

Portrait of King Alfonso XIII, Joaquín Sorolla y Bastida (1910), 89,2 x 69cm. The Hispanic Society of America, New York

Christopher Colombus Leaving Palos, Joaquín Sorolla y Bastida (1910),  The Mariner's Museum, Newport News, Virginia.

Portrait of Ralph Clarkson, Joaquín Sorolla y Bastida, (1911). The Oregon Public Library's. Eagle's Nest Art Colony Collection

The painter Raimundo de Madrazo, Joaquín Sorolla y Bastida (1906),  97,5 x 114,2cm. The Hispanic Society of America, New York

También nos encontramos con cuestiones más personales, como los dibujos que hizo en el dorso de los menús de restaurantes neokorquinos o los gouaches que pintó desde la habitación de su hotel, que estaba cerca de Central Park.

Escena de café, Joaquín Sorolla y Bastida (1911), 15,9 x 23,8cm. Museo Sorolla, Madrid

Central Park, Nueva York, Joaquín Sorolla y Bastida (1911), 35,5 x 70,5cm. Museo Sorolla, Madrid

Finalmente veremos el éxito que tuvieron tanto los paisajes como las escenas de mar y playa de Sorolla entre el público norteamericano.

The Yellow Tree. La Granja, Joaquín Sorolla y Bastida (1906), 62,2 x 93,3cm. Smith College Museum of art, Northampton, Massachusetts.

Corriendo por la playa, Joaquín Sorolla y Bastida (1908) 90 x 166,5cm. Museo de Bellas Artes de Asturias, Colección Pedro Masaveu, Oviedo.

La exposición es toda una gozada. Eso sí, os recomendamos que planeéis vuestra visita, porque se están formando unas colas de aupa.

Si queréis ver la exposición con nosotros podéis hacer vuestra reserva en el siguiente enlace --> http://www.atrapalo.com/actividades/sorolla-y-estados-unidos-en-la-fundacion-mapfre_e284136/

sábado, 12 de julio de 2014

La imagen del mes: Barcos en Madrid


Manuel de Castro, Galera ordinaria de 24 bancos, finales del siglo XVII. Museo Naval, Madrid. Fotografía de Los Laberintos del Arte

Amarrado al duro banco
de una galera turquesca,
ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra, 
un forzado de Dragut 
en la playa de Marbella
se quejaba al ronco son 
del remo y de la cadena

Luis de Gongora

Sí, somos conscientes de que Madrid no tiene mar y que en aguas nunca ha sido muy afortunada (ahí tenemos al Manzanares, río denostadísimo en nuestra literatura). Sin embargo, hemos escogido como imagen del mes un barco o, para ser precisos, una galera, un tipo de embarcación militar cuyos orígenes se remontan a la Edad Media (en concreto a Bizancio) y que suele asociarse a los combates navales del siglo XVI, como la batalla de Lepanto (1571).

Luis de Góngora inmortalizó con palabras la galera, que en su romance se convertía en prisión flotante de un infeliz español que llevaba diez años cautivo de los turcos, en cuyas embarcaciones había de ejercer como remero. Y a galeras también iban, según la justicia que por entonces se estilaba en España, aquellos delincuentes reincidentes que pasaban a denominarse galeotes y debían remar en las galeras del rey. En teoría, esta pena sólo podía tener una duración máxima de diez años y mínima de dos, pues se consideraba que un buen remero tardaba en torno a un año en formarse y no olvidemos que, en último término, la pena de galeras tenía como finalidad proveer de remeros a las embarcaciones en un contexto histórico en el que los enfrentamientos marítimos eran habituales. 

Maqueta de una galera menor o galeota. Maqueta del Museo Naval de Madrid

Este "retrato" de galera que os traemos hoy suele relacionarse con el pintor portugués Manuel de Castro (fallecido en 1712), discípulo de Claudio Coello y pintor de cámara de Carlos II. Representa a una galera ordinaria de 24 bancos de finales del siglo XVII que lleva sus velas recogidas, ya que su capacidad de movimiento residía fundamentalmente en los remeros y no siempre las velas eran necesarias.


Si por algo destacan la galeras es por su esmerada decoración. Para comprobarlo, basta con observar la réplica de la Real, galera construida en Barcelona y decorada en Sevilla que tomó parte en la batalla de Lepanto en 1571 y cuya popa estaba ricamente engalanada con esculturas y relieves de diferentes temáticas. Su programa iconográfico fue encargado al erudito del siglo XVI Juan de Mal Lara, quien escribió un texto describiendo la que es considerada la galera más grande de su época (1). En el caso de nuestra galera de Manuel de Castro, podéis ampliar la imagen del inicio de esta entrada para comprobar que la decoración, madera dorada, se concentra también en la zona de popa, aunque no llega a los niveles de suntuosidad de la galera Real. 

Réplica de la Real, galera capitana de don Juan de Austria en la batalla de Lepanto. Réplica en el Museo Marítimo de Barcelona

¿Y por qué escoger una galera como imagen del mes? ¿Qué relación guarda con Madrid? Es sencillo: esta pintura, de tema tan ajeno a nuestras tierras del centro de la Península, se conserva en un museo que también pudiera parecer fuera de lugar en la capital de España. Se trata del Museo Naval, situado en pleno Paseo del Prado pero tal vez condenado a pasar desapercibido por encontrarse junto a dos gigantes, el Prado y el Thyssen. A ello hemos de sumar su discreta fachada y que normalmente asociamos de manera automática la palabra "museo" a "pintura", olvidando que existen museos dedicados a la ciencia, el vidrio o incluso los naipes.

Exterior del Museo Naval, situado en el Paseo del Prado número 5

Los orígenes del Museo Naval se remontan a 1792 momento, bajo la influencia de la Ilustración, en que desde la Secretaría de Estado de la Marina se propuso la creación de un Museo Naval en la provincia de Cádiz. Sin embargo, los acontecimientos inmediatamente posteriores retrasaron la creación del museo hasta que éste fue inaugurado finalmente en Madrid en 1843. Sin embargo, no se instalaría en su sede actual, el Cuartel General de la Armada, hasta 1932.

Su extensa colección (10.700 piezas en total) incluye además de retratos de marinos y reyes, mapas, maquetas de embarcaciones, armamento, objetos de navegación, uniformes... Todo ello dispuesto de manera cronológica pero de modo peculiar: no nos encontramos ante el actual y típico museo en el que las obras están aisladas en una pared, sino con un museo a la moda del XIX cuyas salas aparecen repletas de piezas muy diferentes en cuanto a tipología, función y material. 

Una de las salas del Museo Naval. Fotografía de Los Laberintos del Arte

En cuanto al origen de todas estas piezas, éstas proceden de la Casa Real, la Secretaría de la Marina o el Real Observatorio de la Marina de San Fernando. A ello hay que sumar donaciones y adquisiciones más o menos recientes.

Pero volvamos a nuestros barcos y pinturas. Entre esas 10.700 piezas comprobamos el protagonismo que tiene la pintura, cuyo estudio llevó a cabo Fernando González Canales en los ocho tomos que comprenden su Catálogo de pinturas del Museo Naval

Este catálogo se encuentra organizado temáticamente y da buena cuenta de la variedad de obras pictóricas que atesora el Museo: los ya mencionados retratos, pintura de historia marítimas, batallas, marinas e incluso bodegones y pintura religiosa. Sí es cierto que se observa una mayor incidencia en obra fecha en el siglo XVIII (retratos) y en el XIX (pintura marítima).

Portada de uno de los volúmenes del Catálogo

¿Y a qué género pertenecería nuestra imagen del mes? Al denominado "retrato de buque", obra en la que el barco se erige como protagonista absoluto, deteniéndose el artista en los detalles de la embarcación y prestando atención a la precisión técnica y el dibujo, mientras que el mar es un elemento secundario (el mar sí tendrá un papel predominante en las denominadas "marinas").

A lo largo de las salas del Museo Naval encontramos muchos "retratos de buques" de los que nos gustaría destacar, para concluir, una serie de acuarelas del siglo XVIII que tuvieron gran éxito y amplia difusión y constituyen una de las joyas del Museo Naval, aunque muchas veces pasen inadvertidas al espectador (como tantas otras joyas que atesora este museo). 

Otra de las salas del Museo Naval con tres de las acuarelas de Alejo Berlinguero. Fotografía de Los Laberintos del Arte

Se trata de una serie de acuarelas realizada por el pintor gaditano Alejo Berlinguero de la Marca (1746-1805), que además de artista será marino y cartógrafo participará en diversas expediciones que le llevarán hasta la Patagonia o el Río de la Plata. Asimismo, será maestro de dibujo de la Escuela de Pilotos, entre otros cargos que ostentará a lo largo de su vida. 

Una de las acuarelas de Berlinguero tal como puede contemplarse en el Museo Naval

Este perfil de artista-marino será muy habitual entre los pintores de barcos, lo que les permitirá, obviamente, dotar a sus obras de gran exactitud en la descripción de los elementos de la embarcación. En el caso de Berlinguero, además, el atractivo de sus dibujos reside en su colorido y elegancia. 

Hasta aquí nuestra imagen del mes que ha supuesto, partiendo de una galera, un breve recorrido por el Museo Naval para acabar de nuevo en un barco que cruzará los mares. Después de todo, el barco es una de las imágenes más queridas por los literatos y artistas para aludir al correr de la vida y sus vaivenes hasta llegar a buen puerto.

#EnrólatealNaval

Notas
(1) Para aquellos que quieran saber más sobre este programa iconográfico y su interpretación, recomendamos el siguiente artículo que podéis consultar pinchando aquí (CARANDE, R.: "<<Donde las enzinas hablavan>>. Símbolo e ideología en la Galera Real de Lepanto", Acta/Artis. Estudis d’Art Modern, 1 (2013), págs. 15-27).

jueves, 19 de junio de 2014

Aprender con Arte: Web Gallery of Art (WGA)

¿Cuántas veces nos ha ocurrido que tenemos en la mente una imagen artística que nos encanta pero que no sabemos encontrar después en internet, o que queremos buscar más datos técnicos de la obra y las autorías, las fechas o los museos o colecciones donde se encuentran están mal señalados? Hoy vamos a hablar de las bases de imágenes no oficiales y más concretamente de la Web Gallery of Art.

Portada de Web Gallery of Art

Podemos decir claramente que la Web Gallery of Art es el banco de imágenes no oficial con más reputación internacional que encontramos hoy en día, lo que es todo un logro sobre todo teniendo en cuenta lo mal que se difunde la información cultural en algunos museos y en algunos países. Abarca desde el año 1000 hasta el 1900.

Gracias a esta web húngara escrita en inglés, muchos estudiantes y apasionados por el Arte, hemos podido acercarnos al mundo del Arte con mucha facilidad. Ahora os explicaremos cómo funciona.

Panel de control de la Web Gallery of Art

Pasamos a ver las funciones más interesantes que podemos encontrar en esta web.

En primer lugar podemos realizar búsquedas por Artistas (Artists), Búsquedas Avanzadas (Search), o Búsquedas por ciclos pictóricos (Tours). También disponen de un Glosario de términos artísticos (Glossary) y hasta las Fuentes que han escaneado (imagen a imagen) para después volcarlas en internet (Source).

Búsqueda por Artista

En el caso de la búsqueda por artista, podemos afinarla con cinco herramientas: Escuela (School), Edades del Arte (Period), Períodos de cincuenta años (Time-line), Profesión (Profession) y la preferencia en el caso de que se busque por varias categorías a la vez (Sort by).

Listado de artistas

Al buscar por las letras del abecedario sale todo un listado de artistas de los cuales es probable que no conozcamos ni a la mitad, pero que no por ello dejan de ser muy buenos. La clasificación es interesante, porque además del nombre completo (correctamente escrito), vemos los años en que vivió cada autor, el período artístico al que pertenece y la escuela a la que se le asigna.
 
Búsqueda avanzada

La búsqueda avanzada tiene elementos parecidos a la búsqueda por artista, pero algunos son diferentes, como una búsqueda por elementos iconográficos dentro de las obras (Text) y el Museo o Fundación en la que se encuentra la obra de arte (Location).

Búsqueda por ciclos pictóricos

La búsqueda por ciclos pictóricos (Tours) es muy interesante para aprender Historia del Arte porque tiene un poco de todo, aunque se centran bastante en pintura italiana. ¡Tienen uno incluso de mujeres pintoras con 64 artistas!

Glosario

Esta fantástica web también dispone de un glosario histórico-artístico muy completo, y que cuenta con la raíz latina y griega de los términos antiguos. Además, sirve hasta para aprender algo de inglés, que nunca viene mal.

Ejemplo de búsqueda

Como ejemplo de búsqueda, hemos introducido el nombre de Caravaggio en el campo del autor, sin poder nada más (aunque podríamos haber precisado todo lo que hubiéramos querido) y le hemos dado a search para que comience la búsqueda. Ojo, el nombre de Caravaggio, nos ha servido para englobar al gran maestro del Barroco, así como a otros dos pintores llamados Cecco del Caravaggio y Polidoro da Caravaggio.

Una vez realizada la búsqueda nos salen una serie de resultados y las obras ordenadas alfabéticamente siguiendo el título en inglés. Si pinchamos en la imagen saldrá la imagen ampliada, mientras que si le damos al punto de información que tenemos en la parte derecha, nos llevará a una ficha muy completa sobre la obra, con datos técnicos y comentario.

Imagen agrandada del Amor Victorioso de Caravaggio

Ficha del Amor Victorioso de Caravaggio

Y hasta aquí llega nuestro repaso a la Web Gallery of Art. Esperamos que lo hayáis encontrado útil y que podáis aprovechar este maravilloso recurso que nos da internet.


Otras bases de imágenes no oficiales de interés son:

sábado, 7 de junio de 2014

El viajero del mes: Lamberto Wyts, el hombre de una sola frase

A lo largo de la Historia es posible encontrar personajes vinculados a un único acontecimiento u obra, como si el resto de su existencia nunca hubiese transcurrido más allá de su pequeño momento de gloria. Es el caso, por ejemplo, del compositor Pachelbel, conocido por el gran público únicamente por su Canon, o del escritor J.D. Salinger, hoy recordado y leído casi en exclusiva por El guardián entre el centeno.

Nuestro viajero de este mes también es víctima de un mono-éxito, en este caso una frase sobre Madrid cuya presencia en libros sobre urbanismo e historia de la ciudad es obligada (incluso nosotros la citamos en nuestro itinerario dedicado al Madrid de Carlos III). Sin embargo, además de la frase en cuestión, nos gustaría trazar una breve biografía y aludir a sus escritos. No sólo de una frase vive el hombre.

De Lamberto Wyts poco sabemos y sólo a través de un texto suyo conservado. Según García Mercadal (1), uno de los grandes especialistas en literatura de viajes, Wyts habría nacido en Malinas (ciudad situada entre Bruselas y Amberes) hijo de un noble. Visitó numerosos países europeos incluyendo España, adonde vino en 1570 como parte del séquito que acompañaba a la futura reina Ana de Austria desde Amberes para que contrayera matrimonio con Felipe II. Fue entonces cuando tomó una serie de notas acerca de nuestro país de gran interés para los historiadores.

Sofonisba Anguissola, Ana de Austria, 1573. Museo Nacional del Prado.

Esta relación de su viaje desde Flandes se conserva de forma manuscrita en la Biblioteca Imperial de Viena. En las guardas del libro el propio Wyts escribió: "Este libro pertenece a mí, Lamberto Wyts, el cual está escrito de mi mano propia, el año mil quinientos setenta y tres del XV de agosto, 1574. Feliz en la desgracia y boga la galeria. L. Wyts". Esta alusión a la galera se correspondería con algún viaje realizado por mar durante el cual habría redactado su texto.

En su texto pretendía, como él mismo dice, narrar su viaje "desde la renombrada ciudad de Amberes hasta la villa de Madrid, en España, donde tiene su corte el rey, comprendido de día en día todo el orden y magnificencia y hechos recogidos de su dicha majestad y sus dos hermanos archiduques (2) en todos los lugares y pasajes a lo largo de su viaje".

El séquito, antes de llegar a Madrid, recorrió ciudades como Santander, Burgos, Valladolid o Segovia, siempre acompañados de ministriles con sus instrumentos musicales, bufones y castrati. 

Una vez llegado en barco hasta las costas españolas, Wyts narra aquellas cosas que más llaman su atención, como el traje de las mujeres de Vizcaya:

"Las mujeres van adornadas de una extraña manera, pues llevan en la cabeza una pirámide que a nada mejor se puede comparar que a un niño fajado; es lo que ellas llaman tocada. Las solteras llevan el pelo cortado como los muchachos, salvo que les dejan algunos cabellos largos sobre las orejas. Son gentes muy bárbaras y místicas, mal ataviadas y muy semejantes a las muchachas en Turquía de Bulgaria, siempre descalzas, sin zapatos".

El artista alemán Cristóbal Weiditz visitó en 1529 y realizó una serie de dibujos sobre tipos populares españoles. Entre ellos, esta mujer vasca con un tocado muy similar al que Wyts pudo ver en Vizcaya.  En los pies lleva una suerte de chapines.

Wyts introduce en varias ocasiones opiniones no muy halagüeñas sobre los españoles. Por ejemplo, recoge una anécdota que para él denotaba una "barbarie tan grande" que fue contando el hecho a toda la corte. Esta barbarie puede resumirse de esta manera: Wyts se encontraba en Burgos y quería copiar una inscripción latina que decoraba la puerta de un palacio. Mientras copiaba el texto, se acercaron dos sacerdotes, que no sabían en qué idioma estaba escrita la inscripción y pensaron que se trataba de una frase en alemán puesto que Wyts, extranjero, la estaba copiando y por tanto la entendía. Se acercaron a él y le preguntaron por qué copiaba la inscripción, a lo que respondió Wyts, que había oído su conversación sobre el idioma: "Porque está escrito en nuestra lengua, en alemán". Los sacerdotes dieron por buena la respuesta y se marcharon pensando que la inscripción latina estaba escrita en alemán...

Este incidente dio pie a nuestro viajero a decir sobre el clero español: "He ahí los señores españoles que hacen servir a la Iglesia, tan doctos como un papagayo que canta lo que otros le dicen, ignorando lo que se dice, y que por costumbre habla lo que le han enseñado".

Madrid en 1562 según Anton van den Wyngaerde. Esta vista fue analizada por nosotros aquí



Finalmente, llegó a Madrid y a la frase que le ha hecho conocido entre todos los aficionados y especialistas de la Villa y Corte:

"Tengo esta villa de Madrid por la más sucia y puerca de todas las de España, visto que no se ven por las calles otros que grandes servidores (como ellos los llaman), que son grandes orinales de mierda, vaciados por las calles, lo cual engendra una fetidez inestimable y villana, pues si se os ocurre andar por dentro del fango, que sin eso no podéis ir a pie, vuestros zapatos se ponen negros, rojos y quemados. No lo digo por haberlo oído decir, sin por haberlo experimentado varias veces. Después de las diez de la noche no es divertido el pasearse por la ciudad, tanto que, después de esa hora, oís volar orinales y vaciar la porquería por todas partes". 

El "¡Agua va!" inmortalizado por el pintor Ángel Lizcano y Monedero (1846-1929)

Sin duda esos orinales volaban al son del famoso "¡Agua va!". A pesar de todo esto, Wyts permaneció en la Corte siete meses, hasta mayo de 1571, momento en que partió hacia Barcelona, donde embarcó en las galeras de don Juan de Austria con destino a Génova.  No será, sin embargo, el único que deje constancia del escaso nivel de limpieza de la ciudad de Madrid. Pero esa es otra historia contada por otros viajeros...


(1) GARCÍA MERCADAL, J: Viajes de extranjeros por España y Portugal. Junta de Castilla y León, 1999, pp. 331-337.
(2) Se refiere a don Alberto y don Wenceslao, que después de llegar a Madrid partieron hacia Viena. La partida también es descrita por Wyts, pues marchó con ellos. Permanecieron en Madrid unos diez y once meses. 

Bibliografía
  • GARCÍA MERCADAL, J: Viajes de extranjeros por España y Portugal. Junta de Castilla y León, 1999
  • GÓMEZ TABANERA, J.M.: "Del tocado corniforme de las mujeres asturianas en el siglo XVI", El Basilisco, 5 (1978). Puede consultarse online aquí