Cuando paseamos por las salas de un museo, rara vez captan nuestra atención los planos o vistas de ciudades. Parece que no quieren decirnos nada, que tan sólo están ahí para ocupar un espacio en la pared. En cierto modo, para ello fueron concebidas. Sin embargo, si les damos una oportunidad y las consideramos algo más que simples vistas, tal vez "retratos de ciudades" tomados en un lugar y tiempo concretos, nos sorprendamos de todo lo que son capaces de transmitir.
Por ello, en esta sección de nuestro blog traeremos mensualmente diferentes imágenes que nos hablan de la ciudad y que nos aportan información de cómo era, cómo parecía e incluso cuál era su carácter. Porque al igual que en una sucesión de fotografías de una persona, las vistas de una ciudad nos aportan valiosísima información, constituyen un documento gráfico de primer orden acerca de cómo han cambiado una ciudad y su población.
Vista de Madrid. Para ampliar la imagen, pincha en ella. |
Primero presentemos al autor de nuestra imagen del mes: se trata del pintor flamenco Anton van den Wyngaerde, conocido en la Península como Antonio de las Viñas o de Bruselas. Wyngaerde, nacido en 1525, estaba especializado en vistas de ciudades, un género que durante el siglo XVI tendrá un gran desarrollo debido al gusto hacia las panorámicas de enclaves urbanos que muchas veces se reunían conformando una suerte de atlas de la Europa del momento. Estos atlas alcanzaron gran difusión debido a la imprenta.
La ciudad de Sevilla según el Civitates Orbis Terrarum, uno de los grandes proyectos editoriales del siglo XVI. |
Estando en los Países Bajos, Wyngaerde conoció en 1557 a Felipe II, muy aficionado a la geografía. A partir de entonces, el flamenco acompañó a Felipe en algunos de sus viajes y en 1561 llega a la Península Ibérica para realizar el encargo que más fama le dará: las vistas de diferentes ciudades españolas. Parece que al menos realizó 62 vistas, incluyendo las ciudades de Madrid, Barcelona, Cádiz, Córdoba, Toledo o Granada.
Por un testimonio de finales del siglo XVI, debido al viajero alemán Jakob Cuelbis (también conocido como Diego de Cuelbis), sabemos que en el Alcázar de Madrid, que se levantaba en el lugar que ocupa hoy el Palacio Real de Oriente, había una sala decorada con diferentes vistas de Wyngaerde. Todas estas vistas se perdieron al incendiarse el Alcázar en la Navidad de 1734.
Wyngaerde, Vista de Londres, c. 1554-1557 |
Wyngaerde moriría en Madrid en 1571, pasando sin pena ni gloria durante los siguientes siglos hasta que su obra comenzó a ser valorada en el siglo XIX. Sobre su especialización en vistas de ciudades se llegaría a decir: "entre todos los gozos que el delicioso e ingenioso arte de la pintura tiene que ofrecer, no hay otro al que tenga en tan alta estima como el de la representación de ciudades".
Pero volvamos a nuestra imagen del mes. Esta vista de Madrid no fue la única que Wyngaerde realizó: en realidad, conservamos dos panorámicas generales (incluida esta) y una dedicada únicamente al Alcázar Real. Todas ellas fueron realizadas desde la misma ubicación, un lugar situado a cierta altura en la Casa de Campo que se denominaba la Torrecilla.
Desde allí Wyngaerde podía contemplar sin obstáculos visuales el perfil Suroeste de la ciudad con el río Manzanares ("el aprendiz de río", como lo llamaban en la época) y los terrenos que hoy corresponderían a Carabanchel en primer plano. Por supuesto, aquellos lugares situados al norte y centro de la ciudad quedaban ocultos y no fueron representados. Wyngaerde podría haber retratado Madrid recurriendo a una panorámica de vista de pájaro, por ejemplo, pero prefirió realizar esta vista de perfil que, como hemos dicho, tiene como principal característica su desarrollo en horizontal y, por ende, su gran tamaño (365 x 1252 mm).
Pero, ¿qué construcciones reconocemos en esta vista de 1562? En primer lugar, si nos fijamos en la parte inferior del dibujo, vemos un puente de piedra sobre el río, correspondiente al puente Real de la Segoviana (actual puente de Segovia) (1) que fue realizado durante el reinado de los Reyes Católicos y reconstruido en la década de 1570-80 por Juan de Herrera, el arquitecto del Escorial. Si seguimos con la vista el curso del río hacia la derecha descubriremos otro puente: se trata del puente de Toledo (2) pero no tal como lo conocemos hoy, pues fue un encargo de Felipe IV a Juan Gómez de Mora a mediados del siglo XVII, sino tal como existía en el siglo XVI, siendo después modificado.
En el siguiente plano o nivel vemos a la izquierda la Cuesta de San Vicente y los terrenos que después formarían el Campo del Moro (3). En este mismo plano intermedio, pero en el extremo derecho, aparece el convento de San Francisco (4) (fundado en el siglo XIII) tal como era en la época. En el siglo XVIII sería derribado para construirse lo que hoy conocemos.
A continuación, llegamos a la ciudad de Madrid propiamente dicha, ciudad protegida por la muralla musulmana de la que actualmente se conservan algunos tramos en torno al Palacio Real, la catedral de la Almudena y en la Calle Mayor. Contaba esta muralla con varias puertas de acceso, de las que hemos destacado en el plano la Puerta de la Vega (5) (sufrirá varias remodelaciones hasta su demolición en el siglo XIX).
Detalle de la vista de Madrid con el Alcázar a la izquierda, la muralla en primer término y la Puerta de la Vega a la derecha. |
En el interior de la muralla destacan en altura numerosos edificios, correspondiendo la mayoría de ellos a construcciones de carácter religioso. No en vano, se tenía al Madrid de la Edad Moderna por una ciudad conventual y este perfil de la urbe dominado por cúpulas de iglesias da buena prueba de ello. Nosotros hemos seleccionado únicamente, de todos ellos y de izquierda a derecha, la parroquia de San Salvador (6) (derribada en la década de 1840), San Nicolás de Bari (7) (cuyo chapitel se añadió posteriormente y por ello no aparece en esta imagen), San Pedro (8), San Andrés (9) (reconstruida en el siglo XVII) y la Capilla del Obispo (10)
También sobresalen en altura algunos edificios de carácter civil, en concreto la Torre de los Lasso (11) en el extremo derecho, que formaba parte de un palacio que fue derrumbado en el siglo XIX. Este palacio conectaba con la iglesia de san Andrés a través de un voladizo que llegaron a utilizar los Reyes Católicos cuando se alojaban en esta casa. El número 12 corresponde a la Puerta de Moros, otra de las entradas situadas en la muralla.
Azulejos conmemorativos del palacio de los Lasso, junto a la Capilla del Obispo. |
Pero dominando todo este retrato de Madrid se encuentra sin duda el edificio del Alcázar, en el extremo izquierdo (13). Un alcázar medieval donde ya se habían iniciado algunas reformas para adaptarlo al gusto renacentista del momento. En la Navidad de 1734 sufrirá un devastador incendio que provocará su derribo para ser finalmente sustituido por un nuevo edificio, el actual Palacio Real, proyecto por Filippo Juvarra. Wyngaerde realizó una vista individual de este edificio.
Vista del Alcázar fechada en torno a 1567. A la izquierda se encuentra la llamada Torre Dorada, donde Felipe II guardaba sus colecciones de pinturas y tenía instalado su propio despacho. La Torre fue realizada en 1560 por Juan Bautista de Toledo siguiendo una estética muy propia del norte de Europa. |
Hasta aquí llega nuestro recorrido por el perfil de la ciudad de Madrid tal como era visto en 1562, tan sólo un año después de que fuera convertida en capital del imperio en el que nunca se ponía el sol. Según estimaciones, habitaban en ella 35.000 personas y aún era poco más que una pequeña villa medieval que muy pronto se sentiría constreñida entre esas murallas medievales.
Para concluir, os ponemos dos fotografías: la primera, de mediados del siglo XIX, recoge una vista de la ciudad tomada desde un punto de vista similar al que usara Wyngaerde. ¿Os animáis a localizar las construcciones que hemos comentado?
La segunda es una fotografía actual tomada desde el teleférico de la Casa de Campo. Aunque no es exactamente el mismo punto en el que se sitúa Wyngaerde, permite apreciar cuánto ha cambiado la fisonomía de la ciudad en cinco siglos comparándola con nuestra imagen del mes. Prestad especial atención a la Catedral de la Almudena, que modifica completamente la primera línea de esta vista actual de Madrid en lugar de la muralla musulmana, que dominaba (y rodeaba) por completo el perfil de la ciudad.
Bibliografía y webgrafía
HILLGARTH, J.N.: The mirror of Spain. 1500-1700: the formation of a myth. Ann Arbor: University of Michigan Press, 2000.
KAGAN, R.L.: Ciudades del Siglo de Oro. Las vistas españolas de Anton van den Wyngaerde. Madrid: El Viso, 2008 (1ª edición americana de 1989).
PEREDA, F.: "Iconografía de una capital barroca: Madrid entre el simbolismo y la ciencia". Espacio, Tiempo y Forma, serie VII, t. 11 (1998), pp. 103-134. Disponible online aquí (27/1/2014)
Buen comienzo.
ResponderEliminarY muy interesante la entrada inicial. Os sigo.
Un saludo.
Hola:
ResponderEliminarEnhorabuena por este estupendo blog, al que auguro un recorrido largo y fructífero. A partir de ya, me tenéis entre vuestros seguidores. Prometo visitaros con frecuencia. Pongo un enlace en mi blog al vuestro.
Un abrazo y mucha suerte, Jesús